Thursday, January 13, 2011

Frida Kahlo: Pasión y estética.

Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, pintora mexicana, (Coyoacán, 6 de Julio de 1907- 13 de Julio de 1954). De padre alemán y madre mexicana con antecedentes españoles, incluso en la sangre poseía el mestizaje que con posterioridad reflejaría en sus creaciones. Con una infancia marcada por su débil estado de salud, agravado desde 1913 por haber contraído la poliomielitis. Formada en uno de los centros educativos más prestigiosos del país: Escuela Nacional Preparatoria de la capital mexicana. Periodo estudiantil en el que no prestó excesiva atención a los estudios, y se vio envuelta en alguna que otra "trastada" contra el profesorado; no obstante en este tiempo conoció por primera vez al que sería su esposo, el afamado muralista: Diego Rivera, responsable de realizar un mural encargado por la dirección de dicho centro.  Con una naturaleza enfermiza, como se refirió anteriormente, tuvo en la juventud su trágica continuidad. Un accidente que sufrió con tan sólo 16 años de edad tras chocar el autobús en que iba sentada contra un tranvía le produjo como consecuencia unas tremendas lesiones físicas que arrastraría de manera latente a lo largo de su vida (incapacitada parcialmente de forma crónica). Traducidas en insufribles dolores y repetidas intervenciones quirúrgicas (32 en total). Fue sin embargo este hecho circunstancial y dramático, el principal detonante para su dedicación plena al desarrollo de sus facultades como artista, ya que en el largo proceso de convalecencia fue en el momento que perfeccionó la técnica pictórica.
Casada desde 1929 con Rivera y en adelante hasta en tres ocasiones más, la suya fue una relación totalmente abierta, despreocupada e incluso  peculiar en el tiempo actual. Un "amor infiel" lo llamaban, basado en el ímpetu pasional y la posibilidad de mantener diversas relaciones al margen de la pareja. Así a Frida, debido a su bisexualidad, se le ha relacionado con la actriz Dolores del Río, la artista Georgina O´Keefe o el comunista Leon Trostky.

Frida y Diego; La paloma y el elefante.
En lo que respecta a su  estilo está enmarcado dentro de la que se ha venido a llamar estrictamente como figuración renovada, no sin moverse a galope entre más que notables referencias al movimiento expresionista,  la pintura realista y el surrealismo. En este sentido es necesario añadir que cuando en 1938 André Breton, principal teórico y fundador del movimiento surrealista, viajó a México a fin de reunirse con Diego Rivera y Leon Trotsky (antiguo dirigente de la URSS, ahora en busca y captura por las fuerzas stalinistas y alojado durante su exilio mexicano en la casa del esposo de Frida: Diego Rivera), y vincular sus ideas con la revolución. Tras llevar a cabo la reunión, en su visita al estudio del comunista soviético, y visualizar un autorretrato obra de Kahlo quedó realmente impresionado ante su estilo y le ofreció incorporarse a dicho movimiento, al nombrarla como una surrealista espontánea. Invitada a exponer en Nueva York y París, la pintora no se adscribió en toda su trayectoria artística a esta corriente, pese a presentar su producción una estética cercana a la propuesta de Breton. Ella misma años después afirmó: "Creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis sueños. Pinté mi propia realidad".

Por lo que se refiere a la temática de sus cuadros en la mayoría de las ocasiones gira en torno a la representación de su propio cuerpo, ya sea en forma de autorretrato cumpliendo unos cánones concretos: mirada fija y pensativa, cejas pobladas y unidas, adusta expresión e hierática posición de su torso y naciente "bigotillo"; o bien  intentando plasmar el martirio que suponen en su persona las extremas dolencias físicas derivadas del accidente. Sufrimiento que no empaña de ningún modo el minucioso cuidado de las formas o la portentosa creación de paraísos oníricos inmersos en una naturaleza surreal junto con un toque primitivo y propio del lejano aroma original de los ancestros americanos. Salpicados en la mayoría de las ocasiones con fondos exóticos con exuberante vegetación, animales o flores.
Las dos Fridas (1939).
De igual manera en sus cuadros se vislumbran ciertas referencias a su peculiar sexualidad, la tempestuosa y pasional relación junto a su esposo Diego Rivera o la lucha interna constante entre la insólita, desprejuicada y rebelde imagen que proyectaba frente su apagada valoración personal unida a un proclive sentimiento de soledad. Aludiendo a su pasional matrimonio, plasmado en la admiración mutua que se profesaban ambos (Sirva de ejemplo que Rivera, describía su arte de la siguiente manera: "Yo la recomiendo, no como esposo sino, como un entusiasta admirador de su trabajo, ácido y tierno, duro como el hierro y delicado y fino como el ala de una mariposa, adorable como una hermosa sonrisa, profundo y cruel como lo más implacable de la vida"), también hay que referir las progresivas y posteriores turbulencias indómitas que culminarían en divorcio y legado para la posteridad en la pintura: Las dos Fridas. En ella aparecen dos figuras: una vestida con el traje tradicional con el se casó y la otra con uno a la moda de la época; de tal manera que se centra en mostrar la dualidad en  Frida, la que Rivera amó y aquella que ya no amaba. Sintetizando este simbolismo con la rotura de la arteria que las unía en obvia relación con ruptura de sendas y propias personalidades.
Además resulta relevante y es conveniente resaltar los tres abortos que sufrió a lo a lo largo de su vida, los cuales afectaban en gran medida su enorme sensibilidad y cuyo dolor sublimaba al verterlo en diversas obras acerca de su experiencia vital. Así el primer aborto, y posiblemente el más amargo de todos, la inspiró para la realización de dos de sus obras fundamentales: Henry Ford Hospital junto a Frida y el aborto.

La actriz Salma Hayek como Frida Kahlo.
Recluida en su casa durante la última época de su vida y postrada en la cama con una pierna amputada poco antes de morir (tenía gangrena). Falleció a causa de una embolia pulmonar, aunque algunos sospechan que fue debido a un suicidio previa sobredosis (la autopsia no se ha realizado nunca), a la edad de 47 años.
Actualmente su obra está presente en la cultura popular y goza de un alto prestigio mundial, que la sitúan como una de las pintoras de mayor reconocimiento del siglo pasado, así como un icono de transgresión y progreso para el colectivo feminista tanto en su original y rompedora estética como en su independiente manera de ver la vida alejada de la sinergia masculina. Son múltiples en este sentido los reconocimientos hacia su fructífera herencia, ya sea mediante exposiciones retrospectivas, películas (Frida, 2002 de Julie Taymor y protagonizada por Salma Hayek) o referencias a su ingente influencia en otros artistas.


Frida y Diego Rivera (1931).


Henry Ford Hospital (1932).


Mi enfermera y yo (1937).


Las dos Fridas (1939).


Autorretrato con pelo corto (1940).


Autorretrato dedicado al doctor Eloesser y a sus hijas (1940).

 
Autorretrato con collar de espinas y colibrí (1940).


Autorretrato con monos (1943).


 Raíces (1943).


La columna rota (1944).


Sin esperanza (1945).


El pequeño ciervo (1946).


Autorretrato (1948).

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