Miembro destacado dentro de la Sociedad de Artistas Figurativos de Viena, llamada también "La Casa de los Artistas", fue testigo del conflicto surgido en ella a lo largo de 1897. Disparidad de opiniones y puntos de vista que desembocará con la secesión de un importante conjunto con Klimt a la cabeza: Karl Moll, Otto Wagner, Josef Hoffman,... entre otros. Nombrado presidente de esta nacida escisión, un año después organiza la primera de la veintitrés exposiciones bajo la tutela del movimiento. De igual forma también en 1898, comienza a colaborar de manera esporádica con la publicación de reciente fundación: Ver Sacrum.
Posteriormente en 1905, nuevos conflictos provocan otra división interna, dando lugar a la salida de Klimt y la constitución del denominado como: "Grupo de Klimt".
Amante de su Austria natal, no se puede afirmar que fuera un entusiasta de las largas escapadas sino que más bien siempre mostró una notable reticencia a viajar. Sin embargo, en 1909 visita París y denota un especial interés por los cuadros tanto de Toulouse-Lautrec como de los fauvistas o de los postimpresionistas: Vincent Van Gogh, Paul Gauguin y el expresionismo de Edvard Munch.
Maestro del pincel, fue: geometría, minimalismo, delicada evocación, simbolismo, ritmo decorativo...cada uno por igual. Reservado, metódico y extremadamente cauto; su biografía se presenta como un secreto que es complejo desvelar. Soltero (aunque tenía tres hijos reconocidos), vivió en todo momento junto a su madre y hermanas, y poco o nada dejó entrever para comprender su peculiar personalidad. Si bien, un comentario como el siguiente bien puede resumir su forma de pensar: "Estoy convencido de que no soy una persona especialmente interesante. No hay nada especial en mí. Soy pintor, alguien que pinta todos los días de la mañana a la noche. Figuras, paisajes; de vez en cuando, retratos. Las palabras, habladas o escritas, no me salen con facilidad, especialmente cuando tengo que decir algo sobre mí mismo o sobre mi trabajo. (...) Si alguien quiere descubrir algo en mí (...) puede contemplar atentamente mis pinturas y tratar de descubrir a través de ellas lo que soy y lo que quiero"
Marcado en los últimos años de vida por la pérdida de su madre y un cambio del estilo hacia tonos más oscuros y temáticas invariables. Falleció el 3 de Febrero 1918 a los 55 años de edad, debido a las secuelas de una fuerte apoplejía sufrida con tres semanas de antelación.
Pallas Athenea, (1898).
Silver fishes, (1899).
Judith, (1901).
La novena sinfonía de Beethoven por Klimt,(1902).
Esperanza I, (1903).
Retrato de Adele Bloch-Bauer, (1907).
Medicina, (1907).
Extracto de Medicina, (1907).
El beso, (1907).
Las tres edades de la mujer, (1908).
Esperanza II, (1908).
Judith II, (1909).
Expectación, (1909).
El árbol de la vida, (1909).
Retrato de Adele Bloch-Bauer II, (1912).
Muerte y vida, (1916).
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