Wednesday, June 15, 2011

Roberto Matta: Un mundo surreal con abstracto sabor.

Roberto Sebastian Antonio Matta Echaurren , pintor surrealista y arquitecto chileno, nacionalizado francés (Santiago de Chile, 11 de Noviembre de 1911- Civitavecchia, Italia, 23 de Noviembre de 2002). Diplomado en arquitectura en 1931, tan solo dos años después se traslada a París para trabajar conjuntamente como asistente del genial Le Corbusier, sin embargo, al entrar en contacto con el grupo de pintores surrealistas franceses decide dedicarse en exclusiva al mundo de la pintura y aparcar su carrera como arquitecto profesional. Años esenciales para su formación y considerados de vital importancia para la conformación de su obra pictórica, sobre todo en lo referido al dominio y tratamiento de las formas en el espacio a crear.
Amigo del poeta Federico García Lorca, fue este quien le presentó a Salvador Dalí y este a su vez al padre teórico del movimiento surreal en proceso de gestación: André Breton. De igual manera, también mantuvo contacto con René Magritte, el poeta Pablo Neruda o Marcel Duchamp, quien lo anima a cruzar al otro lado del Atlántico.
A finales de la década de los treinta (1939) y hasta fines de la siguiente (1948), cambia su residencia a EEUU siendo el primero de los surrealistas en viajar ha dicho país, pasando a formar parte de este movimiento a nivel nacional y representando un referente para el grupo de los denominados expresionistas abstractos. De hecho a lo largo de la década que permaneció en Norteamérica, su relación y directa influencia sobre los artistas de la abstracción Robert Motherwell y Arshile Gorky, fue más que notable. Posteriormente tras su periplo por tierras americanas, y una breve estancia por Italia, retorna a la capital francesa.
Su pintura encuadrada dentro del denominado surrealismo de tendencia abstracta, plagado de figuraciones alusivas a la realidad y entroncadas con una psicología propia de mundos imaginarios. Movimiento, expresión, geometría junto a una fuerte carga visual y gestual, son los ases puntales en su carta de presentación. Unidos a un manejo particular de la luz y de los perfiles mediante líneas gruesas representan un estilo personal con la marca inequívoca de Roberto Matta.

Considerado por muchos como el surrealista comprometido, desde la década de los cuarenta desarrolla un espíritu crítico centrado en parodiar la falta de racionalidad en un panorama tecnológico y vacío reflejo de una sociedad moderna bañada de sangre en pleno proceso de II Guerra Mundial. Postura y espíritu crítico que retoma en el decenio posterior, fijando aún más sus posiciones y mostrándose como un férreo defensor del progreso en Latinoamérica y de la necesidad de cambiar la realidad política del continente. En este sentido, adquiere y hace suyos los valores propios de la izquierda y se muestra activo mediante sus trabajos en la denuncia de las violaciones del estado de derecho, por el fin de la guerra del Vietnam o en favor de la revolución cubana y el sistema de Fidel Castro.
No obstante, esta predominante temática social en sus obras se diluye progresivamente durante los sesenta al reaparecer su gusto por la figuración de años atrás y poseer matices con un cierto carácter metafísico.

Entre los galardones recibidos a lo largo de su trayectoria, destacan: La Medalla de Oro de Las Bellas Artes españolas en 1985,  El Premio Nacional de Arte de Chile en 1990, el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1992 o el Praemiun Imperiale de Japón en el campo de la pintura allá por 1995.
Asimismo su legado artístico esta presente en: La sede de la Unesco de París, La Galería Beaubourg de Paris, El Museo Thyssen de Madrid o La Escuela de Bellas de Cuba, entre otros.


Viaje del espacio (1938).


Agua (1939).


Composición (1939).


Rocks (1940).


La femme Affamee (1945)


Una grave situación (1946).


El acontecimiento (1959).


Maternidad (1960). 


El dónde en marea alta. Ciclo el proscrito deslumbrante (1966).
La danza de la muerte (1972)


Ubu Roi (1982).


La source du calme (2002)

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