Casado en 1873, es por esta época debido esencialmente a su contacto con el grupo de los impresionistas (participó conjuntamente a ellos en diversas exposiciones de 1876 a 1886) cuando comienza a pintar. De hecho, la pasión creciente por el arte le lleva a abandonar su empleo una década después (1883) y dedicarse a tiempo completo a la actividad pictórica de la mano de Pissarro (con el tiempo se distanció de él, debido a sus diferencias en torno al valor e importancia concedidos al puntillismo; para Gauguin no era más que una propuesta inútil). Si bien, la tajante decisión que determinó su nueva carrera profesional, no estuvo exenta de un grave conflicto familiar: su mujer lo abandonó y en compañía de sus hijos regreso a su Dinamarca natal. Sin embargo, esta nueva situación sentimental no afectó de manera palpable al pintor, por lo que evaporados los únicos lazos de unión que lo podrían retener en Francia y puesta de manifiesto su exigua economía personal decide embarcar sin rumbo definido y auténtico espíritu aventurero. En este sentido, una serie de viajes alrededor del mundo (Dinamarca de 1883 a 1885, Martinica y Panamá en 1886-1887 o Arlés en 1888) sumado a sus largas estancias en Tahití (1891-1893; 1895-1901) y las islas Marquesas (1901-1903), representan hasta su fallecimiento una opuesta forma de vida a la original.
Autorretrato, (1893). |
Aquejado de sífilis en el ocaso de su vida, la suya puede decirse que fue una existencia miserable, hundido en la miseria tan sólo a finales de la centuria obtuvo el reconocimiento acorde a su exquisita visión.
Instalado sus últimos años en las islas Marquesas, gracias al apoyo financiero y artístico que el famoso marchante Ambroise Vollard le brindó, muestra en su producción una cierta abstracción en contraste con su periodo tahitiano.
Quinn (Dcha.) junto a Kirk Douglas como Van Gogh. |
Como curiosidad apuntar dos reseñas: que su turbulenta relación con Van Goghquedó retratada magistralmente en el film de Vincente Minnelli:El loco del pelo rojo(1956) con un inmenso Anthony Quinn en lapiel de Gauguin y que el brillante artículo firmado por Manuel Vicent para eldiario El País, PaulGauguin: sólo hay que atreverse, son en ambos casos, excepcionales recorridos por lavida de un hombre fuera de lugar.
Las bañistas, (1887).
Van Gogh pintando los girasoles, (1888).
Visión después del sermón: Jacob luchando con el ángel, (1888).
La vida y la muerte, (1889).
El sueño, (1891).
Tahitianas en la playa, (1891).
Arearea, (1892).
¿Qué hay de nuevo?, (1893).
Anna la Giavannese, (1894).
Ancestros de Tehmana, (1893).
La mujer de los mangos o La mujer del rey, (1896).
¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos?, (1897).
Dos tahitianas, (1899).
Los girasoles, (1901).
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