Pablo Picasso en 1971. |
Un periodo esencial, al que es necesario analizar y que viene marcado tanto desde el ámbito privado como profesional. Por un lado su matrimonio con Jacqueline Roque (esposa hasta el día de su muerte) en 1961 le proporciona un sosiego y paz interior inaudita para el artista, y por otro ha de demostrar su triunfo ante la vejez frenando a un tiempo imparable que pretende derrotar. Fiel a su estilo no responde a normas, ni atiende a academicismos y tan sólo persiste en su infinita innovación conceptual, estética y formal.
Referencias eróticas plagadas de besos, abrazos y caricias, cuerpos desnudos, figuras aisladas o retratos, representan la temática de sus creaciones. Devaluadas en su momento por la crítica y el público en general, los cuales no le concedieron el valor que el tiempo con justicia, ahora sí, ha otorgado repleto de razón.
Por ello en esta entrada se hará referencia a la década correspondiente a los años 1963-1973, estrictamente considerada su etapa final. Puntal del neo-expresionismo, son parte esencial de un legado, fuente e influencia tan increíble como crucial.
El pintor y su modelo (1963).
Cabeza de mujer (1963).
Gran desnudo (1964).
Dos amigas (1965).
Hombre sentado (1965)
Mentón (1966).
Busto de caballero (1967).
Desnudo (1967).
El fumador (1968).
Mujer desnuda con un collar (1968).
Retrato de un hombre con espada y flor (1969).
El beso (1969).
Matador (1970).
Hombre con sombrero de paja (1971).
Paternidad (1971).
El fumador (1971).
Hombre escribiendo (1971).
Autorretrato (1972).