La temática centrada en expresar los ánimos y sentimientos, ha sido del todo descartada, ahora el individuo junto con la denuncia social y política son el centro de sus actividades.
Georges Grosz, pintor expresionista alemán, (Berlín, 1893-1959). Recibió su formación en la Academia de Bellas Artes de Dresde. Contrario al academicismo como forma de expresión pictórica, a partir de 1912 se traslada a Berlín, y es aquí donde comienza a recrear multitud de escenas urbana y cotidianas de bares, restaurantes, calles, el alterne o la burguesía, fue por así decirlo, su descubrimiento de la diversión y posibilidades de la gran ciudad. El año después viaja a París, y en 1914 con el estallido del conflagración mundial proclama su rechazo a la violencia. Concluida la guerra, retorna en 1916 a la capital alemana que lo vio nacer, pero ya nada es igual, el halo de romanticismo, color y vida que desprendía con fuerza la urbe hace escasos años, ha sido dilapidado, la destrucción, miseria y mezquindad ensucian sus calles al completo.
En este momento, Grosz dentro de su estudio plasma la realidad, y realiza una radiografía profunda de la Alemania derrotada. Composiciones de prostitutas, borrachos, desamparados, ambientes sórdidos y cotidianos, escenas urbanas,... son sus principales aportaciones, con influencias del cubismo pasando por el surrealismo de De Chirico hasta el francés Tolousec-Lautrec, como puede apreciarse e algunas de sus obras representativas: Exequias. Dedicado a Oskar Panizza (1918) o Metrópolis (1917).
Junto con Conrad Felixmüller, fue el único de su grupo que se dedicó de manera activa a la política, convencido de que el arte era un arma, pasó a integrarse en las filas del partido comunista alemán. Su condición ideológica lo empuja a realizar un viaje a Rusia en 1922, donde incluso conversa con Trotski, y se muestra un fiel defensor de la causa soviética. Ello queda patente en su arte: "mis dibujos debían ser sobrios y directos, lejos de artificios, y dirigidos a mostrar un claro mensaje de protesta", decía. La subjetividad no tenía cabida, el pintaba para ser un instrumento político, que denunciaba el terror, hambre o la enfermedad. Acusado de provocador, irreverente y obsceno, repudiaba a la Alemania radical junto a sus verdugos, mostrando lo peor de si mismos. Condenado al ostracismo por el nuevo régimen nazi, al volver a Alemania es obligado a abandonar su país a principios de 1933 e instalarse en EE UU, donde permancerá hasta poco tiempo antes de morir, cuando regresa a su ciudad natal.
Suicidio (1916).
Lovesick (1917).
Metrópolis (1917).
Exequias. Dedicado a Oskar Panizza (1918).
El ingeniero John Hearltfield (1920).
El escritor Max Herrmann Neisse (1925)
Escena cotidiana (1925).
El boxeador MaxSchemling (1926).
Caín o Hitler en el infierno (1944).
La danza del hombre gris (1949)
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