Max Pechstein, pintor alemán, (Zwickau, 31 de Diciembre de 1881-Berlín, 29 de Junio de 1955). Criado en el seno de una familia obrera, debido a los escasos medios económicos de los que disponía no pudo terminar el bachillerato, y a la edad de 15 años comenzó a ejercer como pintor para trabajos bastos. Sin embargo, su padre al ver facultades artísticas en el pequeño Max, decidió enviarlo a la Escuela de Artesanía de Dresde en 1900, y así iniciar su formación en el mundo de la pintura. Dos años más tarde entró en la reputada Academía de Artes plásticas de la misma ciudad. Perteneciente al grupo expresionista
Die Brucke (El puente) a raíz de su amistad con Heckel, no fue uno de los miembros fundadores, sino que ingresó en él con posterioridad, allá por 1906. Pintor académico a diferencia de sus compañeros, los cuales se conocieron en la Escuela de Arquitectura de Dresde, (
Erich Heckel,
Karl Schmidt-Rottluff y
Ernst Ludwing Kirchner), pudo vender desde muy pronto su propia obra y dedicarse a tiempo completo a su actividad, la cual le permitía ser un pintor independiente. Versado en la composición y el color, entre otros factores por su viaje a Italia con tan sólo 26 años, donde descubre la obra de
Giotto y
Fra Angelico; posee en sus cuadros sobre todo una directa influencia de
Vincent Van Gogh. De una genialidad incuestionable, en 1907, obtuvo el primer reconocimiento en su vasta carrera, al concedérsele el Premio Estatal de Sajón. Galardón que fue refrendado al convertirse en el primer miembro del El puente en participar durante 1912, en la reconocida Secesión de Berlín y su exposición anual. Residió en Berlín, Nidden, emigró al Pacífico Sur como su amigo
Emil Nolde, se vio forzosamente enrolado en la I Guerra Mundial, (cuya tropa abandonó en 1917 por una crisis nerviosa) ,y decidió pasar sus últimas décadas alejado de los tumultos. Amante de la vida, la temática de sus pinturas gira en torno a la naturaleza, el paisaje y los desnudos. Defensor de los derechos humanos y partícipe de la causa soviética, la llegada al poder de los nazis supuso el aislamiento y prohibición de su producción, siendo catalogada dentro del denominado "arte degenerado", hecho que le supuso la sustracción de más de 300 obras en todos los museos alemanes. Hasta el inicio de la II Guerra Mundial fue encumbrado hasta el Olimpo, su arte y técnica se sitúaban a años luz del expresionismo contemporáneo, y tanto museos, críticos como coleccionistas no cejaban en alabanzas a su trayectoria. Sin embargo, tras el ascenso de Hitler y el desarrollo de la contienda todo se tornó gris, la desproporcionada valoración anterior hacia su obra, pasó ahora al total descrédito, devaluación y olvido de su fenomenal contribución. Incluso en el centenario de su nacimiento, ni una sola exposición retrospectiva honró la memoria, de quién fue y será, un expresionista fundamental. Como curiosidad reseñar que en el museo de Zurich, se conserva su autorretrato.
Autorretrato (1909).
Sentada desnuda (1909).
Amanecer (1911).
Tres desnudos en un paisaje (1911).
Verano en Nidden (1920).
Casas rojas (1923).
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